A medida que pasan los días y la situación del país se torna visiblemente mucho más caótica y polarizada, observamos una radicalización mayor del régimen y del
80% de los venezolanos que no creen ni en Maduro ni en la MUD. Para
nadie es un secreto que la popularidad del ignorante autobusero ronda el
10% y que el rechazo hacia la MUD y Capriles crece meteóricamente día a día.
No es para menos, el ciudadano común y silvestre no puede sentirse representado por un régimen criminal, hambreador,
genocida y narcoterrorista; pero tampoco por una banda de
colaboracionistas y legitimadores de vieja data que a través del
mercadeo asfixiante del voto, han logrado compartir el poder mezquinamente manteniendo espacios lucrativos a costillas del pueblo por 17 años y 5 meses.
(Les repito que son 17 años y 5 meses, no son 15 años como
declara todo el mundo en Venezuela y en el exilio. Grave error que se
comete y siempre trato de corregir porque se ha convertido en un
problema endémico)
Hoy en día cualquier encuesta seria arroja resultados muy claros: la mayoría del país rechaza categóricamente a Maduro, Capriles y la MUD. Es por ello que resulta una yuxtaposición de ideas y una disyuntiva cerebral, el votar obligatoriamente a sabiendas de que el régimen cometerá un fraude pero compartirá el botín electoral con la MUD manteniendo el libreto utilizado en fraudes anteriores.
Dado que el trinomio Régimen-Capriles-MUD se necesita biológicamente para
poder subsistir y seguir controlando lo poco que queda de país, han
diseñado una estrategia maquiavélica cuasi perfecta, en la que el voto y
sólo el
voto, es la solución mágica a todos los problemas de Venezuela. El
poder político, económico y mediático del trinomio de la muerte, los
convierte en espectros casi invencibles.
Digo estrategia maquiavélica cuasi perfecta y espectros casi invencibles, porque lamentablemente para ellos (Régimen-Capriles-MUD) el
pueblo ha despertado poco a poco y se ha venido organizando a través de
las redes sociales, asambleas de ciudadanos y diferentes métodos de
lucha no violenta. De manera tal, que el pueblo que votará obligado en diciembre, no es el mismo unicornio de antes.
Por primera vez vamos a una elección en la que la mayoría del país sabe y espera el fraude, pero quiere votar de todas maneras. En todas las elecciones anteriores el pueblo en su mayoría seguía creyendo en Capriles y la MUD, teniendo en cuenta además, que el régimen gozaba de cierta popularidad hoy en día minada por la ineptitud e irracionalidad de Maduro.
Es por ello que en las líneas anteriores hable de la yuxtaposicion de ideas y la disyuntiva cerebral que hoy padece la sociedad venezolana, obligada a votar en una elección fraudulenta que legitimará una vez más al régimen desde el punto de vista interno y en el ámbito internacional. El trinomio Régimen-Capriles-MUD controla todas las variables del juego, menos la más importante:
La reacción del pueblo...
¿Aceptará el pueblo venezolano sumido hoy en día en la crisis socio-política y económica más grande de la era republicana un nuevo fraude electoral a sabiendas de que la MUD y Capriles son parte del engaño?
Tal vez sí, tal vez no.
Lo que sí les
puedo asegurar es que como comunicador social y periodista, mantengo
una comunicación fluida y constante que he cultivado a través de los años con ciudadanos de todo ámbito: profesores,
colegas, militares, políticos, sacerdotes, estudiantes, amas de casa,
obreros, etc. Es por ello que he podido experimentar como ha crecido el
rechazo y el odio hacia Capriles y la MUD.
Si tomamos en cuenta que el pueblo ha sido contenido en varias
ocasiones por Capriles y la MUD, pero que hoy en día son tan odiados
como el régimen, Maduro y Cabello, debo interpretar
que el momento histórico que vive Venezuela y la posible reacción del
país en diciembre tal vez sea radicalmente diferente a las anteriores.
Lo que sí tengo
claro es que el régimen no caerá por la economía y que las elecciones
de diciembre son su única vía de escape para tomar oxigeno, ante un país que parece subyugado haciendo colas eternas para conseguir papel higiénico y un kilo de arroz, pero que lleva en sus entrañas el fuego vivo de la "arrechera" indomable al saberse una mayoría burlada y pisoteada consuetudinariamente.
El trinomio Régimen-Capriles-MUD hará todo lo posible para que después de haberse consumado el fraude y repartido los curules en nombre de la democracia y el pluralismo político, el pueblo se quede en sus casas una vez más y continúe haciendo colas kilométricas. El que dude lo contrario es masoquista, no vive en Venezuela o se aprovecha de ese trinomio bastardo.
Les recuerdo que un estallido social solo propiciaría una salida militar de centro-derecha que arrasaría con el régimen, Capriles y la MUD; es por ello que han llegado al punto de desarrollar una simbiosis de prostitución ideológica y partidista en la que una falsa "oposición" negocia con la dictadura.
El 06 de diciembre después de que el CNE y la puritana de Tibisay Lucena haya dado
los resultados y sus "tendencias irreversibles", veremos que tanto ha
madurado el pueblo venezolano y si de verdad nos merecemos la libertad.
Pido a la providencia que el pueblo utilice esa fecha como punto de quiebre para la rebelión total y definitiva, de lo contrario, el año que viene veremos una hambruna generalizada y lloraremos lágrimas de sangre.
“El alma resiste mucho mejor los dolores agudos que la tristeza prolongada"
Jean Jacques Rousseau
¡Patria, Democracia y Libertad!
Roberto Carlo Olivares
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