Por: WILFREDO CANCIO ISLA
Las estrategias de Chávez se sustentaron
en la política de chequera petrolera, que le abrió puertas e influencias
en diversos escenarios
La retórica antinorteamericana que esgrimió Hugo Chávez desde su llegada
al poder en 1999 fue la pantalla ideológica para seducir a los sectores
populares al mismo tiempo que connotados protagonistas de la revolución
bolivariana encarnaban una conducta de doble rasero, involucrados en
escandalosas inversiones y fraudulentos negocios en Estados Unidos.
Chavistas en el Imperio, una exhaustiva investigación del periodista
venezolano Casto Ocando, sustenta la tesis de que la élite chavista que
se ha servido de una amalgama ideológica para comprar influencias,
hacerse de propiedades y amasar fortunas en territorio estadounidense,
amparados en acciones de espionaje, narcotráfico y vínculos con el
terrorismo.
“El balance del chavismo en su relación con Estados Unidos es una
sucesión de trampas, tramoyas e hipocresía", dijo Ocando en entrevista
con DIARIO LAS AMÉRICAS.
“Este es un libro de investigación, no de chismes ni especulaciones,
que contiene las evidencias de lo que he podido probar, aunque hay una
enorme cantidad de información adicional que está en proceso de
comprobarse".
El libro, de 545 páginas, resume más de 12 años de faena periodística de Ocando sobre los chavistas en Estados Unidos.
Entrevista con Chávez
En 1998 entrevisté a Chávez para un canal de televisión en Venezuela,
cuando nadie se imaginaba su agenda real y pasaba como un tipo jovial,
jocoso. En ese momento le oí decir por primera vez que tenía gente
apoyándolo desde Miami. Comencé a investigar y descubrir que se había
fundado en Tallahassee Fifth Republic Mouvement, una versión en inglés
de su partido político Movimiento Quinta República. La habían registrado
como una corporación estadounidense, con una directiva que respaldaban
activistas como Eliécer Ruiz, quien hacia campaña a favor de Chávez en
programas radiales. Ruiz fue el hombre de la campaña de Chávez en el sur
de la Florida. Pero dos meses después de que Chávez dijo eso la
entrevista, a Ruiz lo atraparon como miembro de una banda de traficantes
de cocaína. Fue para mí una premonición de lo que iba a ocurrir con el
chavismo.
Cabildeo bipartidista
El balance del chavismo en su relación con Estados Unidos, ha sido una
historia de escándalos, corrupción, espionaje, tráfico de drogas,
vínculos con el terrorismo. Pero la contradicción de Chávez es que para
su cabildeo en Estados Unidos se apoyó en poderosos aliados republicanos
y demócratas al mismo tiempo. A su lado tenían a una personalidad como
Jack Kemp, un prominente republicano que congresista federal por Nueva
York (1971-1989), secretario de Vivienda (1989-1993) y candidato a
vicepresidente en la boleta republicana de 1996. Un ícono del
conservadurismo. Al otro lado, en Boston, tenían como aliado a Joseph
Kennedy, del clan de la familia Kennedy.
Dinero a granel
Chávez se gastó muchísimo dinero promoviendo su revolución bolivariana e
interviniendo en asuntos internos de Estados Unidos mediante donativos
de petróleo a comunidades pobres de Brooklyn y a indígenas en Alaska
para enviar un mensaje a su favor. El criticaba que Washington apoyaba a
los grupos de oposición en Venezuela y su gobierno le lanzó una guerra a
Súmate porque había recibido 53.000 dólares de la NED, cuando Chávez se
había gastado 350 millones en campañas en Estados Unidos.
Boliburgueses en acción
Es impresionante la cantidad de altos jerarcas del gobierno chavista con
inversiones y propiedades en Estados Unidos. El caso de Alejandro
Andrade es ilustrativo. Andrade era un asesor de la alcaldía de Caracas
en 2000 y en ocho años pasó a convertirse en el tesorero nacional de
Venezuela. Ahora tiene una fortuna que oscila entre 300 y 3,000 millones
de dólares. Y está aquí, residiendo en Wellington. No se queda atrás la
historia de Víctor Vargas, uno de los grandes banqueros de Chávez, con
propiedades e inversiones en West Palm Beach. En Doral te sorprendería
la cantidad de chavistas que integran la lista. Gonzalo Morales, por
ejemplo, es familia de una alta magistrada venezolana y figura como
dueño del lujoso restaurante Zielo de Coral Gables. La mejor definición
de los chavistas es que son personas que piensan como Marx, mandan como
Stalin y viven como Rockefeller.
Chequera petrolera
Todas las estrategias de Chávez se fundamentaron en la política de la
chequera petrolera, que sirve para abrir puertas donde sea. El chavismo
buscó además grupos y organizaciones para protegerse legalmente. Y los
chavistas aprendieron a cómo burlar el sistema estadounidense,
metiéndosele por las esquinas. El gobierno de EEUU tiene mucha
información de las tropelías chavistas, pero por razones que no entiendo
o porque sencillamente entre sus prioridades no está Venezuela, no
actúa. En estos momentos hay una investigación abierta sobre Diosdado
Cabello, con gran jurado procesándolo. Se quiere ir al pez más gordo y
en medio del camino hay banqueros y testaferros que siguen aquí sin que
los toquen. No ha habido una acción consistente y sistemática para
establecer el origen de fortunas como la del financista Francisco
Illaramendi, quien manejaba una cartera de 500 millones de los
pensionados de PDVSA a través de una compañía en Connecticut que no
estaba registrada. Cuando la Security Exchange Commission (SEC) lo
descubre, interviene la compañía y halla que hay un hueco de 300
millones perdidos. El caso todavía está abierto. Pero el dinero se
perdió. Mucha gente en Venezuela se pregunta por qué no hay más acciones
contundentes para frenar esto, porque se trata de las fortunas de los
chavistas que le dan un aire tremendo al régimen. Hay clanes con
fortunas de 40,000 millones de dólares.
Temor a sanciones
Las sanciones que se están promoviendo desde Estados Unidos a raíz de la
crisis en Venezuela tienen nerviosos a muchos chavistas. Venezuela es
un tema de dinero y de intereses, nadie está dispuesto a morir por la
revolución bolivariana. Es difícil hacer una predicción de futuro, pero
todo va a depender de hasta cuándo alcance el dinero. El chavismo es un
tema de alianzas muy frágiles y circunstanciales, ningún empresario o
militar va a dar la vida por un personaje como Nicolás Maduro. Y Maduro
usa la represión porque no tiene otra manera de convencer a nadie. No
solo es la represión abierta en las calles, sino también a los
empresarios, buscando lealtades a través de la extorsión. Porque si no
hay dinero, no perdurará el chavismo.
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